"Comenzar a escribir, así, sin más... sin pensar en las consecuencias, sin detenerme a reflexionar, poner mi vida entera en el papel impreso, mis sueños y sangre plasmados. En fin, basar mi existencia con sus reticencias y dudas, con sus alegrías, lágrimas de dolor y vergüenza, con todo lo que deseo y no tengo, basarlo todo, como he dicho, en una historia parpadeando sospechosa desde un estante..."

-Salvastar.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Mariposas de Cristal.- Capítulo 1 3/10

-¡Marina!- Gritó una y otra vez- ¡Marina!
Una de las ventanas se abrió apenas, dejando salir una voz conocida.
-¡Ya voy!
La ventana se cerró y unos instantes más apareció Marina, también con el uniforme, cargando una mochila roja. Su cabello era corto y opaco.
-Se ve que se metió el agua a tu casa- Comentó Lay en cuanto Marina estuvo cerca- Deberías arreglarla o irte a vivir a otro lado.
-Sí, se metió el agua, anoche no dormí por las goteras- Dijo la chica comenzando a caminar con sus primas- El problema es que es la única herencia de mi padre y como no hay de dónde agarrar, no puedo ni arreglarla, bastante tengo con vivir ahí.
-¿Piensas seguir aguantando ésto? Todas tus cosas son un desastre y se están echando a perder, deberías ser más responsable- Eli era consciente de que Marina la veía a ella como un rival y por esa razón le era fácil  molestarla con comentarios simples.- Piensa en tu futuro, eres mayor y no cuidas ni siquiera tus reliquias, no sé ni porqué las tienes.
-Porque yo no soy un caso perdido como "otras"- Replicó ésta mientras pasaba el brazo alrededor de la cintura de Lay.
Eli notó el tono sarcástico de su prima y soltó una breve carcajada.
-Al menos no debo empezar desde cero- Y agregó mentalmente, sabiendo que su pensamiento llegaría a la persona destinada- Como "otras" y ni tú ni yo hemos despertado. Eso es todo.
Sus miradas al cruzarse expresaban sus sentimientos, los de Marina eran de envidia y hostilidad mientras que Eli, jalando a Lay para sí la miraba con su toque clásico de cinismo. Lay por su parte había decidido no abrir la boca por ésta vez, ella sabía que cuando se trataba de discutir por algo entre sus primas hasta ella misma pasaba a ser parte del "territorio", además evitaba meterse con Marina, ya bastantes bromas le había hecho ella y sabía que entre las personas capaces de hacerle daño estaba Marina, aunque aparentara amistad, por lo que la chica prefería llevar las cosas en un buen plan para su propia conveniencia.
Conforme se acercaban al pueblo las casas de distintos colores abundaban cada vez más. La gente había olvidado el típico blanco en sus paredes y ahora preferían los colores vivos.
El bachillerato quedaba lejos aún. Era una escuela un tanto grande, asentada sobre una colina de la cual partía el terreno para los llanos verdes. Las chicas caminaron cuesta arriba, Eli aún sosteniendo la mano de Lay. El resto del trayecto lo habían hecho en silencio, un silencio incómodo y pesado para Marina y Lay, no así para Eli quien seguía sonriendo para sí, escudándose bajo su actitud relajada. Se acercaron al portón y vieron el papel con la lista de nombres pertenecientes a nuevo ingreso y el salón al que habían sido asignados. Marina las miró con impaciencia.
-¿Sabes qué, Lay?- Dijo al fin- Mejor nos vemos a la hora del receso ¿te parece?
-Está bien- Accedió la chica.
Marina le dio una palmadita en el hombro antes de abrirse paso con su sola presencia entre los alumnos que entraban deprisa.
-Algo trama- Dijo Eli mientras su dedo índice se deslizaba sobre la lista de aellidos- Ella nunca es amable ¡Qué casualidad! Seguro ahora ella quiere ser popular colgándose de ti.
Para Lay eso carecía de sentido ¿no era Merina lo suficientemente popular ahora? Antes de preguntarle siquiera, Eli leyó su pensamiento.
-Popular por romper narices- Contestó y comenzó a reír por lo bajo.
-Eso no es gracioso.
-Y popular por aquélla vez en que se disfrazó para ir a un baile y mientras bailaba en el centro se le abrió el pantalón de la parte trasera. ¡Qué oso!... creo que hasta llevaba puesta una tanga roja.
Mientras Eli reía con más ganas, Lay recordó la ocasión. Era cierto, se hizo muy popular por eso e hizo un gran ridículo, pero a ella más bien le parecía trágico, carecía del humor negro y corrosivo de su prima, además había notado que a partir de ahí Marina, quien le había echado la culpa de todo a su figura decidió ponerse a dieta, una dieta que para su punto de vista le había hecho más mal que bien. Incluso el tamaño de su busto había disminuído y su piel lucía seca. No se dio cuenta de a qué hora había dejado de oírse la risa de Eli y sólo cuando ella posó la mano encima de su cabeza preció volver a la realidad.

sábado, 29 de octubre de 2011

Mariposas de Cristal.- Capítulo 1 (2/10)

Mariposas de Cristal. Capítulo 1.- El Espejo de Nuestro Señor Está Roto.


Siempre se arreglaba casi igual aunque a veces accedía como marioneta a que su prima Lay la peinara y maquillara, normalmente lucía siempre igual. El cabello negro semilargo atado con una liga, la cara lavada y sin gota de pintura, quizás sólo un poco de crema. Su piel blanca era extraña entre las mujeres del clan. Sus rasgos no eran muy finos pero tampoco toscos. Insistía en su propia mirada frente al espejo.
-¿Listo, Delel?- Dijo para sus adentros, cerrando los ojos.
Una voz grave y profunda se removió dentro de ella y se escuchó en su cabeza, clara y vibrante.
-Por supuesto, mi Señora.
La presencia de Delel parecía  estar quieta más o menos en el centro de la habitación. Eli abrió los ojos con una leve sonrisa. Se volvió y miró a su alrededor. Todo estaba en un orden casi total, el librero estaba repleto pero bien compuesto, sólo la cama deshecha y la piyama denotaban que alguien había dormido ahí. Delel, su protector y esclavo estaba de pie, invisible incluso para ella misma, sin embargo ella era consciente de su presencia y ubicación.
La casa en que vivían ella, su madre y su hermano era más bien pequeña, por eso tenía una segunda planta para compensar el espacio. Los muros blancos y ventanas curiosas además de la teja roja dejaban entrever que ésa era un remedo de la Casa Grande, del Clan de las Lucero, incluso tenían una huerta, sólo que no era de ciruelos como en la casa de las abuelas, sino de limones.
El ambiente era fresco y el sol luchaba por salir de entre las nubes grises. Eli bajó a la cocina y desayunó lo de siempre desde que le entraron aires de escritora, es decir, una taza de café con pan tostado. No se despidió de nadie, a ésa hora su hermano hacía la maleta y su madre aún estaba durmiendo, así que de un frutero de mimbre tomó una manzana, la echó en una bolsa de la mochila y salió al patiecito de atrás de su casa en donde estaban una pileta y un lavadero bajo un techo provisional. Más abajo, en desnivel se encontraba otra casa, pertenecía a sus tíos y era en donde vivían dos de sus primas y dos primos a los que ella dejaba en el plano de "inadvertidos" debido a su actitud detestable de ignorar a los varones, misma que había heredado seguramente de su abuela Rosa-Esther. Las casas eran separadas por el breve patio y una bardita de piedra con sus respectivas escaleras sólo frecuentadas por sus primas. Eli se asomó  y vio todas las luces de la casa encendidas debido al miedo sin sentido que experimentaba su tía en la penumbra.
-Debe ser su conciencia- Pensó la chica, mientras lanzaba un silbido agudo al viento.
Gisela, la madre de Eli escuchó el sonido atravesando el cristal de la ventana y, sin ponerse los zapatos se asomó, sólo cubierta por un camisón. Abrió la ventana, sintiendo el frío.
-¿Todavía no está lista tu prima?- Preguntó entre bostezos.
-Ahora sale- Aseguró Eli.
La puerta de la otra casa se abrió de golpe y de ella salió una joven delgada, de cabello y ojos oscuros aunque no precisamente negros del todo, su piel era trigueña y vestía con el típico uniforme escolar del bachillerato al igual que Eli, sólo que en su caso la falda había sido acortada adrede para mostrar las piernas. De su hombro colgaba un bolso grande que ella usaba normalmente como mochila.
-Lay...-La voz de Eli era firme y un poco grave- Date prisa.
La chica subió rápidamente las escaleras, reuniéndose con su prima. Se despidieron con la mano de Gisela quien se había quedado observando y se dirigieron a la escuela. Parecía que el sol ganaba por momentos la batalla a las nubes, creando un amanecer extraño. Caminaron por una vereda húmeda por la lluvia que había caído en la noche, cuidando de no resbalar. Mientras avanzaban en silencio Eli recordó su primer día de clases en la secundaria. Ciertamente su apellido le había causado problemas y disgustos debido a la imagen que la gente tenía sobre las mujeres de esa familia, por eso imaginó que ahora podía ser peor. Por otra parte las escuelas del pueblo siempre les habían quedado lejos, pero ése no era el problema, al menos para Elizabeth Lucero, quien parecía inquebrantable en su objetivo de estudiar en una Universidad algún día, aún en contra de la tradición familiar. Su prima Lay por su parte no parecía destacar mucho, salvo quizas en el plano artístico, específicamente en dibujo. Hacía tiempo que dibujaba. Eli la podía recordar de muchas maneras, pero especialmente la recordaba riendo, durmiendo o dibujando en su "block secreto". Dibujaba bien, por lo demás no contaba con notas sobresalientes o diplomas, sin embargo tenía otro punto a su favor: era bonita y encantadora, por lo tanto era popular o, al menos, era la persona de la familia con más aceptación por parte de las otras personas del pueblo.
El suelo estaba lodoso pues aún no llegaban a las calles pavimentadas.
A un lado del camino se encontraba una casa antigua y en mal estado con sus paredes enmohecidas y un jardín casi salvaje que lo invadía todo, salvo el caminito empedrado para salir hacia la calle. Las chicas se detuvieron.
-¿Ya se habrá ido sin nosotras?- Preguntó Lay acomodándose mejor el bolso.
-No sé, grítale tú por favor- Contestó Eli ocultando una expresión agria ante la idea de ser acompañadas por la chica que vivía en aquélla casa.
Lay se acercó a la reja húmeda y oxidada.

Continuará...

miércoles, 26 de octubre de 2011

Mariposas de Cristal.- Capítulo 1 (1/10)

Mariposas de Cristal.- Capítulo 1 El Espejo de Nuestro Señor Está Roto.

La situación era extraña. Eli se quedó en la puerta, sosteniendo aún la manija. No podía pronunciar palabra, un profundo asco comenzó a apoderarse de ella y lo único que atinó a hacer fue pensar en alguna maldición para  el mal momento, pero eso era mayor a lo que hubiera imaginado, para ella no había maldición equiparable. Su madre desde la cama en la que había un desconocido desnudo le hizo señas un tanto indiscretas indicándole que se fuera. Para fortuna de la niña el hombre no volteó a verla en ése momento. Ella se quedó inmóvil un instante más y luego desapareció de ahí, cerrando la puerta detrás suyo. Sus sentimientos eran un torbellino, estaban mezclados y otros resultaban contradictorios. Quería vomitar, gritar, correr, golpear o simplemente escribir toda la tarde y la noche. Parecían volver a su mente las palabras de sus abuelas una y otra vez, repitiéndose, una tras otra , diciéndole que eso era normal, que la ventaja la sacaba su madre pues ya no tendría que trabajar ni pasar privaciones, sacaría ventaja para la familia, incluso, si se ponía lista podría vivir como reina, pero ella no estaba conforme, porque eso ...¿no equivalía a...?
En ese instante sonó la alarma del despertador, sacándola de golpe de su pesadilla, justo a tiempo para el primer día de bachillerato, justo a tiempo también antes de que ella terminara la pregunta.
Elizabeth se levantó de inmediato, recordar ésa pesadilla recurrente le molestaba, sobre todo después de comprobar que el poder de su madre no había sido tan fuerte a pesar de todo y había resultado en lo que resultó. Odiaba admitir que había tenido miedo y odiaba ser parte de ese pasado. Recordó cómo su madre le había pedido perdón, pero eso a ella no le había bastado y ya nada se podía hacer salvo hacerse más fuerte para que nadie intentara siquiera hacerle daño, fuerte para que nadie pudiera dominarla y así alcanzar todos sus propósitos.
Mientras se arreglaba pudo escuchar la música de su hermano apenas audible, al parecer él ya se había despertado antes pues tenía que viajar hacia el trabajo ahora que él era el soporte económico de la familia. Eso también había sido impuesto por las abuelas, Oscar, como todos los hombres de la familia debía trabajar para mantener a sus madres o hermanas. Aunque eso no tenía del todo conforme a Eli por otra parte la tenía fascinada porque las órdenes de las Mayoras no se podían cuestionar por cualquiera y además a ellas no las podía odiar sino todo lo contrario. Entre las abuelas y Eli había un vínculo afectivo muy fuerte, incluso ella fue elegida como una de las consentidas para ocupar el lugar de alguna de las Mayoras, por eso si sus abuelas decidían algo, ése algo se debía hacer.
-Ni modo, a trabajar hermano- Susurró Eli calzándose un zapato.
Cuando posó su mirada al frente se quedó pensativa un momento, apretando un poco los labios. Cavilaba sobre lo que su hermano ignoraba, presentía pero nunca confirmaría con claridad. Era injusto, por una parte, dejarlo en su ignorancia, pero por otro lado sabía por experiencia de una prima que los hombres de la familia tenían formas extrañas de reaccionar. De sobra lo sabía.
-Es mejor que nunca lo sepa- Concluyó en su propio pensamiento y continuó en su arreglo...

Continuará...

miércoles, 19 de octubre de 2011

Si yo muriera ahora.

Y si yo muriera ahora
¿qué pasaría? Se acabaría el sufrimiento,
ya no más demora,
bienvenido sea el descanso,
que empiece la agonía...
Pero a pesar de todo, amor mío,
no quiero morirme así.
Tus besos me llevaría,
pero no puedo morir así
y dejarte triste y sola,
desamparada.
Porque mi amor es luz,
calor, una llamarada
y el mismo fuego me anima 
a continuar contigo, 
mi noche, mi sereno,
a pesar de cualquier emboscada.
Mira que he tenido
que luchar con tus demonios,
que he dispersado muchos
de nuestros temores
y que más de una vez hemos sido,
absolutamente, el más grande
de todos los amores.
Y si yo muriera ahora,
justo cuando cuento contigo,
ni yo mismo me perdonaría,
vagaría entre los mundos
hasta encontrarte
y no descansaría 
ni dormiría profundo
hasta volver a tocarte.
Ven a mis brazos,
amor mío, mi lucero,
tan sólo un instante,
que la noche avanza 
y mi muerte se acerca,
sé tú mi consuelo, 
mi aliento divino,
toda mi alegría.
Déjame estrecharte,
no mires la hora,
hoy vivo, mañana...
¿quién lo sabría?
Sólo quiero estar contigo,
olvidar sin demora,
sacarme la idea estúpida
se saber qué pasaría contigo
si yo muriera ahora.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Vela.

Hay frío en mi alma,
tirita mi corazón
ansiando vislumbrar una estrella
que, solitaria como yo,
brille como esperanza única
en el cielo negro,
amenazante.
Que siento por un instante
que el mundo se vierte
encima mío,
que al mismo tiempo 
en que sonrío,
la vida misma me grita
"¡Hipócrita! ¡Cobarde!"
que es mi sendero sombrío
y el frío me cala
los huesos cansados
mientras busco
la estrella perdida
en el cielo inmenso
de una vida vacía.
Objetivos más ya no quedan,
de deseos imposibles
lleno está el cuerpo,
pero...
¿A quién le importa?
Son sólo eso.
Tirita mi alma,
corazón herido, sangrante,
acomplejado...
congelándose solo,
abandonado.
Hay frío en mi alma
pero ni la Luna me consuela,
sólo queda una pequeña luz
(perecedera)
que me alumbra
mientras dura mi condena,
¿será mucho?
¿poco tiempo?
Espero sólo
a que se apague 
la vela.

jueves, 18 de agosto de 2011

Del diario de Guadalupe Lucero.

"Tengo imágenes vagas en la cabeza, ya de la guerra, ya de mi madre... ya de ti. A veces entre tú y mi madre tengo suficiente..."
                            -Salvastar


Un día, hace ya más de cinco años Nazario me preguntó si no "tocaría" a alguien. Apenas había llegado a éste lugar y no tenía indicios de poder hacerlo. Nadie quería decirme cómo podía hacerlo. "Se te acaba el tiempo" me decían. Tal vez Nazario ya tenía la sensación, el presentimiento y yo no me daba cuenta. Pensé que lo único que me quedaba a través del tiempo era poder hablar con los nahuales ¿qué otra cosa podía hacer? Nazario se fue a vivir un tiempo al Distrito Federal pero cuando comenzaron los preparativos de mis quince años regresó. Me dio la impresión de que lo hizo dolido y después supe el porqué. Lamentablemente la fiesta fue de lo peor. Yo ya sabía que el sacerdote no había aceptado hacernos la Misa por tanta "amancebada" como les dicen a algunas mujeres de la familia. Algunas primas ya se habían alegrado, seguro daban por hecho que yo no lograría tocar a alguien. Lay, siempre a mi lado, arreglándome el cabello y Eli ¡Cómo olvidarlo! con los ojos brillantes, al fin era una fecha inolvidable. Sí que lo fue. Todo sencillo, sólo la familia. Fotos en todos lados, yo sola, todas juntas y luego comimos. Se hizo tarde y el mezcal seguía presente en los vasos de los mayores, fluyendo como si fuera agua. Fue entonces que llegó el desastre que cambió mi destino. Un hombre que yo no conocía me insultó por un comentario tonto, me dijo que si yo no estaba contenta, él se encargaría luego de "consolarme". Lay se levantó y le echó el vaso de refresco encima, Nazario lo levantó de la camisa y comenzó a reclamarle, Eli lo miraba con odio. Yo salí de ahí, roja de furia seguida por las miradas burlonas de algunas de mis primas. Fue entonces que tropecé con un tío, Teo. También estaba borracho. No recuerdo exactamente qué sucedió, sólo pude sentir sus manos entre las mías y ver su rostro de ojos llorosos. "Yo por ti, Jesucita..." dijo y después se fue. Escuché la voz de Nazario a mis espaldas "Lupe ¿qué has hecho?" .Supe entonces que lo había tocado, que ahora él me serviría, que el don había despertado. Al día siguiente nos llegó la noticia. Teo le había dado un machetazo a ése hombre. Porque yo se lo ordené. Lo había herido, pero no matado como imaginé que le había dicho. No sé si fue correcto, elegirlo a él como Familiar, Nazario me había dicho que él estaba dispuesto pues deseaba pensar en "alguien más", al parecer quería olvidar. Recuerdo ésto justo después de cinco años porque ahora Teo ya no está, tan preocupado por servirme que vivió y Nazario, que se ofreció a sí mismo vive ahora sólo para Lay, pero ésa es otra historia, la cual pertenece a mi hermana.

viernes, 22 de julio de 2011

Incredulidad

Ya no creo en lo que veo,
nunca más en tus palabras,
ya no sé ni lo que siento,
sólo que mi vida aún no acaba.
La soledad, inmensa jaula,
tan libre, seca, muerta, enajenada,
salón, una eterna aula
donde lucho por seguir, ya derrotada.
Ya no creo en nada absolutamente,
no quedó nadie ni nada,
sólo yo que me consumo lentamente
estoy aquí, muriendo asfixiada.
Las flores, negras, envenenadas,
la oscuridad, la luz, no reconozco,
mis alas han sido cortadas,
dejando mi cuerpo inútil y tosco.
¿Es éste el fin? Me pregunto.
No creo, ya no creo nada,
y aunque sea obvio lo presunto,
no creo, ni lo haré, empecinada.

Ilusiones.

¿Para qué engaño?
¿Para qué, si no es cierto?
¿Porqué me aferro?
¿Porqué continúo en eso?
Porque pasan los años
y yo detesto ésta situación,
deseando una voluntad
de acero que cambie
el paisaje gris y nublado.
Porque sigo añorando el beso
del viento y el rumor
de la cascada,
aliento helado.
Porque mis pies andan
a destientos en la oscuridad,
la luz no me basta
y he perdido el rumbo.
Porque mi corazón se cansa
de buscar consuelo
sin encontrarlo
y se ha quedado roto,
tonto, derrotado.
¿Para qué te digo "sí"
si al final de todo
ya nada me importa?
¿Porqué te forjo ilusiones
si después
terminarán todas rotas?
Prefiero quedarme
entre mis sueños,
quieta, sumida, absorta,
convertirme
en un vuelo frustrado,
efímera alegría,
unas cuántas letras,
sólo una sombra...

martes, 28 de junio de 2011

Un libro sin leerse pierde el sentido.

No sé en dónde queda el Amazonas, nunca lo aprendí. ¿Será en Chile, tal vez Brasil? Lo dudo mucho, tal vez es sólo un chisme para hacernos creer que el mundo humano es peligroso. Una murmuración de algún loco al que le cayó un cometa en la mollera, con su respectiva "cola" llena de chismes. El Amazonas venía ahí, seguro, culebreando, salpicando las páginas de los libros que el pobre loco hojeaba para encontrar remedio a su locura. Y fue así que dejó su huella húmeda y libro tras libro afectó a tantos con sus anacondas y demás criaturas hasta llegar a los mapas, aquéllos mapas que ya no recuerdo, ésos en los que me pierdo y confundo, tanto que de sólo verlos ya no sé ni en dónde estoy parado. Me pareció ver el amazonas en todos lados, con sus pirañas voraces aguardando en cada hoja, ocultas tras una cifra ridícula, incluso en el ondulado cabello de un modelo de revista. El Amazonas era como el mundo, pero yo no conozco el mundo humano, por eso me inventaron uno propio y el Amazonas siguió siendo un misterio. Ya no sé exactamente dónde quede el mundo, quién sabe qué sea eso. Me perdí entre pensamientos secretos, dudosos, de origen incierto como el de las orquídeas exóticas. Me pregunté tantas veces qué sería del Amazonas y eso que tenía la respuesta en la punta de la lengua, pero al final del día, noche tras noche el Amazonas se escurría bajo mi cama y yo me quedaba flotando sobre el agua revuelta de dudas, a merced de infames lagartos. Tal vez me confundo porque me da miedo. Temo comprender al mundo humano, al Amazonas. Porque el loco me hojeó un instante y cuando nací me cayó al igual que él el cometa en la mollera, salpicándome con su "cola" llena de chismes. O quizás porque hoja tras hoja no he encontrado mi cura, sólo la ajena y aunque tengo todas las respuestas en la punta de la lengua son sólo murmuraciones, secretos, rescoldos del alma humana y ninguna es para mí pues todas las he regalado. Lo tengo todo y a la vez nada. A lo mejor porque soy sólo un pobre que no es nadie sin los otros, una partícula más conformando un Amazonas tan desconocido, tan misterioso. No sé en dónde queda el amazonas. ¿Es en Colombia, en Perú? Nunca lo supe, no vi más allá del horizonte, desde donde hojeó alguien un día, tal vez eras tú.

A cazar caderas.

Kitspir, el gato blanco de la casa suspiraba trepado en la ventana. Hacía tiempo estaba enamorado de Haku, la gatita gris y atigrada de amarillos ojos. Intentó sacarla de su peluda cabeza, pero siempre caía rendido de nuevo al verla en la cocina exigiendo un pedazo de pan y un poco de leche. Por su parte eso a ella no le importaba, tenía cosas mejores qué hacer, por ejemplo ir a bribonear a las casas vecinas, arañar y morder personas, dormir y coquetear con un gato amarillo que pasaba por ahí de vez en cuando a comerse a los pollos. Eso al pobre Kistpir no le hacía nada de gracia, él no era una fiera como el otro, era un gato manso de azules ojos, cariñosito y bonachón. En el fondo llegó a creer que a Haku le gustaban más los "chicos malos", así que de un salto bajó de la ventana, decidido a ser malo y a conquistar a ésa gata terca. Intentó espiarla y darle un abrazo de oso cuando no lo esperara, pero después de llevar eso a cabo terminó con semejante cicatriz en su carita que mejor lo dejó por la paz. Se olvidó de comer durante días, siguiendo las huellas de la gatita a la que todo le valía un cacahuate. Fue así que el hambre lo alcanzó por fin justo cuando se encontraba en la casa vecina. Había ratas, claro, pero él necesitaba algo más grande, tal vez una hamburguesa doble, más o menos. Y fue entonces que alcanzó a ver algo sobre la mesa: una cadera de pollo. ¡Genial! justo lo que le gustaba. Acechó un poco, no quería ser descubierto. Por fin se lanzó al ataque y de una mordida la capturó, saliendo a todo correr. Haku, que andaba cerca sintió que su "antena en modo cuzcotopía" detectaba algo y comenzó a perseguir al gato que llevaba la cadera en el hocico. "¡Es un sueño, me persigue!" pensó Kitspir sonriendo para sí, olvidándose de la dichosa cadera, observando con ojitos brillantes y enamorados cómo Haku se la comía toda ella sola. "¡A la próxima, cazaré una más grande!".

martes, 17 de mayo de 2011

Feliz Día del Maestro (por Salvastar)

Nota: Dedicado para la maestra Patricia Gallegos Cruzalta que vive en Tenancingo Estado de México y también para los que creyeron que "maestros" como ella eran de lo mejor, para que vean cómo son de buenos que hasta recuerdo su nombre. Ahora sí, mi gotita de hiel:

Feliz Día del Maestro.
-¿Y si se enoja?- Preguntó Amayrani, aún sin creerlo- Mejor cambia los nombres.
-¿Enojarse por decir yo la verdad?- Salvastar quedó pensativa un momento- Bueno, ahora que lo dices la vez que le dije a mi mamá que la maestra Paty me había pellizcado y le fue a reclamar ella se puso muy molesta, negó todo y se las ingenió para que todos los niños dijeran que fue mentira y como le tenían harto miedo... y así quedé como mentirosa y encima castigada por "calumniar" a la profesora. Chance y tengas razón...¡ Pero no me rendiré ! Dije que me vengaría y lo haré.
A Salvastar le brillaron los ojos con un toque demoníaco.
-¿Qué tal si publicas un texto periodístico? Cambiando los nombres...-Insistió la chica de cabello castaño y ojos claros, mientras echaba un vistazo a su aportación al blog.- Te podría demandar ¿eh?
-Me gustaría que lo hiciera, yo puedo devolvérsela, además tengo un buen número de compañeros que estarían dispuestos a declarar sus abusos.
-¿Se acordarán tanto como tú?
-No te preocupes, la sensación de tu cabeza zarandeada sobre tu banca no se olvida tan fácil- Aseguró Salvastar, haciendo azpavientos sobre la mesa, como si alguien la estuviera jalando y queriendo aplastar contra el plástico protector.
Amayrani lanzó un suspiro pero antes de poder articular palabra Salvastar ya había comenzado a hablar de nuevo.
-¡Ah, pero ésa vieja se va a acordar de mí! Ahorita dizque ya se calmó, seguro su marido le endulzó un poquito la vida, pero por culpa de ella empecé a odiar las "mate-burras" y la escuela.
-Ya va a empezar a quejarse, no habrá poder humano que la calme ahora- Pensó Amayrani tomando su café y comentando en voz alta- ¿No crees que exageras?
-Claro que no...¡Si me deshizo un arete una vez que me jaló las orejas! con gusto me las hubiera arrancado... ¡Dijo que yo rimaba mal! Y a lo mejor aún lo creo, no estoy segura. Algún día le haré pasar la vergüenza que debería sentir, la muy inconsciente, tal vez hasta la secuestre para ponerle un sustito- Salvastar lanzó una carcajada enfermiza- O, mejor aún, la agarro en un lugar público a ésa tal Patricia y le digo sus verdades enfrente, ya me lo imagino: "¡Usted les pegaba a los niños de segundo de primaria! Vieja aprovechada..."
Amayrani puso su taza junto a la de Salvastar.
-¿Crees que se acuerde de tí?
-Ya te dije que no te preocupes, olvidarse de Laura Salgado también es difícil.

lunes, 16 de mayo de 2011

Brillar como un Templario.

Lay se quedó sola dentro de aquélla habitación. La oscuridad lo envolvía todo. Trató de vislumbrar los muebles, pero la lámpara que colgaba de sus manos ardía tan débilmente que sólo alcanzó a ver una alforja sobre una mesa y más a la izquierda unas tenues cortinas blancas que ondeaban movidas por un viento furioso y frío. Por un momento no le pareció que ésa fuera una habitación para dormir. En algún lado debía haber una enorme ventana abierta, pues el frío calaba los huesos y además se percibía el olor a tierra mojada. No había ningún fuego que atenuara el clima. No existía más luz que aquélla que despedía la lámpara, casi apagándose a cada instante.
Afuera la tormenta arreciaba y poco a poco los relámpagos comenzaron a caer sobre la Tierra. A Lay le pareció que había alguien más ahí dentro, pero trató de ignorar la sensación, tal vez porque después de todo era una sensación muy común en ella. Una brisa húmeda recorrió rápidamente la estancia, terminando por apagar la pequeña lámpara. A oscuras otra vez. De nuevo a tantear el camino. El ruido del agua cayendo a mares, los relámpagos, todo la abrumaba. Se sintió pequeña e insignificante, pero enseguida se sacudió esa impresión de la cabeza mientras caminaba un poco, vagando. Se detuvo en el lugar que ella imaginó era el centro. Su trenza le pesaba, era mucho más larga que en el Mundo Humano, le pareció casi tan larga como la cabellera de Elizabeth. ¿Dónde estaría ella? Cerca, le habían dicho, pero ¿qué tan cerca? Dejó la inútil lámpara en el suelo, tomó su propia trenza y la enredó sobre sus hombros, rodeando el cuello. Quiso llamar a alguien, pues no veía ni encontraba nada, pero en cuanto entreabrió los labios un enorme fuego se encendió violentamente en un extremo al mismo tiempo en que estallaba un relámpago cercano. La chica sintió un vuelco al corazón y corrió en dirección opuesta, topando de cara con una tela oscura como aquélla noche. Algo sonó detrás de la tela, un sonido metálico que se escuchaba mientras Lay caía al suelo, aún asidas las manos al manto, dejando al descubierto la armadura. El fuego comenzó a arder regularmente después del horrible chisporroteo. Lay no podía moverse por la impresión y la creciente sensación de que alguien se encontraba muy cerca. Cuando por fin pudo hacerlo miró la armadura frente a ella y se levantó como pudo. La observó con cuidado, sintiendo una enorme admiración y un poco de temor al mismo tiempo. Era una armadura femenina, se notaba por cada detalle perfectamente hecho y el decorado elegante. La superficie brillaba con un extraño magnetismo, luces que bailaban como el fuego. A un lado aguardaba la espada, envainada en una funda impecable y hermosa. Por un momento se quedó absorta.
-¿Ésta es la armadura que me prometiste, Eli?- Susurró, mirando su propia sombra sobre el metal. Su corazón latía fuerte- Si es así...
Acercó la mano a la empuñadura de la espada, pero no bien la había rozado la presencia se plantó frente a ella y su voz se escuchó, clara y mordaz dentro de la cabeza de la chica.
-¿Ángel o Demonio? ¿Quién soy yo? ¿Cómo podría ser descrito o juzgado sin tomar en cuenta mis actos? Los traicioné, cierto, pero tú podrías hacer lo mismo.- La mirada amarilla se posó d nuevo en la suya, como tiempo atrás- Cuando tengas la armadura y te creas un dios de aquéllos que existen "dentro" tal vez hagas lo que yo, en vez del Ángel que te crees serás un Demonio y no podrás reprocharme.
-No es cierto...- Murmuró Lay mientras comenzaba a sudar frío, ante esa mirada animal y escrutadora.
-¿Cómo puedes decir "yo no lo haré"? Eres humana... ¡Eres débil! Cuando el ansia de venganza te alcance querrás hacer hasta lo imposible por saciarla.
La chica se detuvo de forma inconsciente contra la armadura que permaneció firme.
-Yo no soy así...-Los ojos se le llenaron de lágrimas.
-Por ahora dices "seguiré los designios de Salvastar, no haré nada contra los humanos" ¡Sólo recuerda qué le hicieron a ella, a tí!
-Yo nunca...- Comenzó a decir mientras los recuerdos se arremolinaban en su memoria, le pareció ver y escuchar todo de nuevo, los insultos y las humillaciones, incluso volvió a ver a Eli entre  un mar de gente que la golpeaba como podía.
-¡Todos los humanos son así! Lo has vivido, ¿no? Y aunque quieras justificarlos ¿cómo sabes si los deseos de Salvastar no están contra ellos? ¿Lo sabes?
Lay guardó silencio. Eso no lo sabía y apenas podía respirar. La punta de su trenza resbaló y terminó colgando, balanceándose con la dificultosa respiración de la chica.
-¿Olvidas que los humanos la mataron?- Continuó la voz, siseando rabiosa mientras los ojos como de gato se aferraban a ella.- Es tu oportunidad de vengarla, después de todo también sufriste...
-Hasta que ella me lo pida... y aún así...
-¿Porqué crees que te eligió a tí sino para eso? ¡Estúpida!
Lay respiró hondo. Eso sí lo sabía. Se enderezó lentamente, mirando a su interlocutor frente a ella, un leve reflejo en la armadura. Ahí estaba su imagen, se veía como siempre, frío, distante y apático, el cabello corto y negro, la mirada feroz y a la vez perdida.
-Te equivocas Razziel, yo no soy así, ni estúpida ni vengativa, eso quedó muy atrás. Ángel o Demonio, ambos podemos ser lo mismo, pero no pienso seguir tu camino, escogeré el mío. Yo sé porqué fuí elegida, porque hay un vínculo entre Salvastar y yo, lazos más allá de la sangre nos unen. ¡Y si eres acaso el vínculo del tiempo y el recuerdo entre Azarya y el Mundo Humano fue suerte! ¡Pero yo a cambio fuí elegida porque soy el Testigo!
La voz de Lay sonó firme y segura entre la lluvia. Razziel lanzó una especie d silbido, mostrando los dientes afilados sólo un instante antes de desaparecer.
En cuanto Razziel se marchó, Lay recordó con claridad las palabras de su prima.
-Lay- Le había dicho- Cuando se acerque el fin aparente y sientas que has quedado sola y desprotegida no te preocupes, porque yo confiaré en alguien para que te construya una protección. Una armadura tan brillante como el reflejo de la luna en un lago. Una armadura firme como los cimientos de una fortaleza, bella y elegante como sólo él la ha imaginado. Y habrá también una espada que te defienda. Ya no temerás entre las sombras del Mundo, tú misma, mi Lay-Vínculo, brillarás como un Templario del Mundo Humano... es una promesa.
-La armadura está limpia- La voz femenina a sus espaldas no la sobresaltó, al contrario de lo que podría imaginarse Lay se sintió feliz.-Bienvenida, señora Lay.
La chica se volvió con una sonrisa en los labios y miró a una mujer aparentemente joven vestida de color rojo. Pudo ver al fin el resto de la habitación, era espléndida y enorme. Ya no era tétrica y vacía y hasta la tormenta había menguado, tornándose una llovizna ligera. La mujer deshizo la reverencia y caminó hacia ella.
-Ésta es la armadura que usará usted para ayudarnos a acabar con la Guerra de Creencias. Es suya...
Lay tocó la armadura, mirándola de nuevo, acariciándola. Tocó también la empuñadura y levantó la espada, ligera, mientras la mujer seguía hablando.
-Sí... ésta es la armadura que me prometiste- Pensó, ignorando a la mujer- Es el regalo perfecto... Gracias.

jueves, 12 de mayo de 2011

Por el día de las madres (Tarde pero seguro, por Salvastar)

Pinta en mi mente un cielo estrellado,
una montaña, un río o un bosque,
pinta en mi rostro un beso estampado
aunque esté yo dormido y no lo note.
Llena mi pecho de alegres mariposas,
rayos de sol, sandías y ésa luna,
cuéntame, dime cómo son las rosas,
cuéntame muchas cosas una a una.
Enséñame el mundo desde tus brazos,
que tu dulce voz en canción me lo diga todo,
que es contigo, mi madre, mi más fuerte lazo
y con mi amor te agradezco de éste modo.
Déjame mirar tus ojos, claros luceros,
déjame sentir tu sangre junto a la mía,
calor de madre y muchos "te quiero"
que eres tú mi más grande alegría.

miércoles, 11 de mayo de 2011

La curiosa historia de Mango Chupado parte 6 (Salvastar)

-¿Y cómo se llama?- Preguntó el señor don-Brujo.
-Er... Malpica, creo ¿O era Maldiente?- Dijo Pancracia, olvidadiza- ¡Ay, ya ni me acuerdo! Pero aquí tiene la foto que me pidió.
-¿Estás embarazada y no sabes cómo se llama el padre? (Éstas mujeres de ahora... ¡A dónde vamos a llegar!) Bueno ¿qué quieres que le haga?
-Que el dinero se la vaya entre chela y chela y que ya bien perdido nomás se acuerde de mí.
-Ándale, eso mero, me gusta tu venganza...mmmh, chelas...-La foto en donde posaba Mango Chupado comenzó a hablar sola.
-¡Chiflas!- Gritó el Rey del Peine, despertando- Ya hasta sueño retefeo. Eso me pasa por tanto camellar, para alivianarme me iré de reventón con mi amigo Juancho. Yo no voy a trabajar.
Poco a poco la venganza de Pancracia se fue cumpliendo. Incluso a Mango Chupado llegaron a decirla que para colaborar con el ambiente y reciclar al mismo tiempo que juntara tooodos los vasos de micheladas para construír su casa con eso, y que así cuando tuviera mujer e hijos vivieran ahí con él.
-Cierto, buena idea- Pensó nuestro Tejón amigo- Comenzaré ahorita.
Y como de rayo se fue a tomar más micheladas grandes, así su casa sería enorme y original.
-Sí, Malpica- Dijo el señor don-Brujo asomándose por la ventana desde la que se veía a Mango Chupado empinarse las caguamas- Disfruta la venganza de ést mujer, que ya pronto se acaba, bueno, depende de si suelta más lana o no. En fin, ya veremos...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Amor ideal (Amayrani).

Hice de tu recuerdo
un santuario
en el cual me refugio 
cuando necesito paz,
ésa paz que llena mi ser,
con sólo evocar tu mirada,
tus negros ojos que expresan
mil cosas bellas
y que yo quisiera 
siempre mirar
pero como no es posible
te recuerdo, mi ser amado,
amado más de lo ideal,
tan místico y espiritual
te has convertido para mí
que no existen palabras
para expresarte el gran amor
que siento por tí.

lunes, 2 de mayo de 2011

Mango Chupado (parte 5 por Amayrani y Salvastar)

Una mañana de abril en que la abuela de Mango Chupado le estaba preparando el café al inútil de su nieto un policía se presentó en casa de ella. Enseguida el Rey del Peine corrió a esconderse, no fuera que lo pillaran de una vez debido a su afición a los espejos retrovisores. Cuál no sería su sorpresa cuando el oficial le entregó a la señora un citatorio en el cual se requería su presencia en la oficialía conciliadora del H. Ayuntamiento. ¡Pero cómo! ¡Era inconcebible! Si Mango Chupado Malpica nunca hacía cosas malas ¿Quién sería capaz de haber demandado al Hombrecito Tejón tan mono? Preguntando se enteró la abuela de que la demandante era una tal Pancracia Milamores Terrefundo, pero ni ella, ni el tío-padrino de Mango Chupado conocían a alguien que se llamara así y decidieron acudir con un licenciado que los aconsejara, llevaron también al demandado quien confesó haber sido amante de Pancracia, una cerreña diez años mayor haría cosa de un año y ahora ella estaba embarazada y lo culpa a él... pero ¿"eso" no fue hace un año? ¿Y ella está embarazada? (Oh, ya veo, es de acción retardada, parece de Ripley ¡créalo!) Mango Chupado dijo: "No hubo amor, no sé como pasó, idiotez, las chelas, qué sé yo... ¡Pero Pancracia fue y amenazó a mi novia!" El licenciado les dijo que no se preocuparan, que al fin él era bien salchicha y sabía de leyes, y si no, las inventaba y les pidió que el día de la cita estuviera el tío-padrino con el pretexto de que la abuela ya no escuchaba bien y que él los acompañaría. El día llegó. Muy despreocupado como siempre llegó Mango Chupado con una flota conformada por el Lic. tío-padrino, abuela, madre, tía politica... mientras que Pancracia llegó sola, abrió los ojos como platos, pero trató de no amilanarse, se puso de exigente ante la oficial conciliadora, dijo que necesitaba dinero para hacerse un ultrasonido y contratar una sirvienta que le hiciera el quehacer. La abuela hizo tal berrinche que todos los denuestos (sapos y culebras) que hubiera querido decirla a la lagartona pervertidora de menores se le atoraron en el páncreas, o por ahí más o menos y se quedó sin habla. El Lic. salió en defensa de Mango Chupado y dijo que si la cría salía dientona y malhecha entonces Mango Chupado aceptaría su responsabilidad, antes no, y que el Hombre Tejón no le daría nada. Pancracia se echó a llorar como si estuviera haciendo un casting para melodrama de Televisa, pero no logró conmover a nadie. Por si fuera poco Mango Chupado dijo que ella lo había emborrachado y obligado a tener relaciones, prometiéndole otras chelas y que si resultaba algo ella ya se las arreglaría, es más, él ni la quería. Pobre Pancracia, salió muy abatida del lugar, ya no taconeaba como cuando había llegado, pero no había quedado tan tranquila. Una mujer despechada es peligrosa. ¿Qué será de Mango Chupado? Como siempre, en el próximo capítulo...

sábado, 30 de abril de 2011

Guerra. (Salvastar)

Guerra abierta, declarada,
entre Amayrani y Salvastar,
¿Quién saldrá más bien librada?
¿Quién podrá más destacar?
Sacó Amayrani de un sombrero
un ramillete de estrellas en corolas,
guió lunas y soles por el sendero
arrullado por las olas...
Salvastar muy por su lado
nudos de hierba comenzó a tejer,
un jardín oscuro, todo enrejado
y una fuente misteriosa para beber.
Amayrani sacó un cielo soleado,
una cabaña, compañía, un hogar,
brisa fresca, un sitio sombreado
y muchos seres a quién amar.
Salvastar tejió aprisa sin dudar
duendes, elfos, hadas y una bruja acá,
les creó un bosque para habitar
y otros seres, muchos más.
Después de todo ésto
llegó la prueba final,
de todos los restos muertos
crear vida y un mundo idealo.
Miró Salvastar su pobre bosque,
que a oscuras siempre está,
Amayrani puso un toque
con sol, luna y estrellas agregar.
Puso además la cabaña, todo su hogar.
Salvastar, sorprendida decidió ella poner
su jardín la cabaña a poblar
y con leyendas y cuentos entretener
a todos dió con gusto a conocer
el mundo fantástico que tejió,
dió su fuete a todos de beber
y juntos alegraron su corazón.
De un sombrero y de un tejido surgió
un mundo de poesía, multicolor.
Al final nadie supo quién ganó,
aparte, claro está, de la poesía y el amor.

Reconfortando al alma.

Siendo de oro, tú, mi alma,
con cristal y ámbar adherida,
fuíste hecha con cielo y calma
y por él ahora estás herida.
Se apagó tu halo que irradiaba,
que cantaba luz, enrarecida,
sólo por alguien que no te amaba
te has quedado entristecida.
No llores más ríos de perlas,
no más clamores lanzados al viento
despierta de la pesadilla que sueñas,
apaga de una vez por todas tu lamento.
Vuelve a cantar como las aves
que visitan tu jardín cada mañana,
vuelve a vestirte de flores y follajes,
que sonrían tus labios de hermosa grana.
Si sabes que te amo más que a nada,
no quiero verte triste, mi hermosa,
éste humilde presente, bienamada,
para tí un poema y una rosa...

Muy tarde para los dos. (Amayrani)

Hace tiempo soñé un amor
que tuviera la luz
de todas las estrellas;
la belleza de la primavera;
la frescura de un manantial inagotable;
la ternura, el cariño
y la bondad de un corazón de niño.
Un amor que fuera gozo interior,
dos almas unidas en armonía;
la plenitud y la felicidad;
locura, delirio, poesía.
Esperé, esperé tantos años,
que la esperanza de encontrarlo
casi desaparecía,
cuando al fin, inesperadamente,
me miré en sus ojos y escuché su voz,
supe que él había llegado,
y a pesar de saber
que ya era prohibido amarlo,
no pude evitar ése amor,
se manifestó incontenible,
él descubrió mi secreto
en mi forma de mirarlo,
en el temblor de mi voz,
hondamente conmovido
me acercó a su corazón
en un abrazo que me estremeció,
y sin embargo, no hubo felicidad
al llegar el amor tan esperado,
fueron lágrimas de soledad
y el dolor inmenso
de un adiós sin más razón
que el habernos encontrado
muy tarde para los dos.

Maldito acróstico (Salvastar).

Ojalá y de una vez te murieras,
Jardines invisibles poblarías entonces,
Ardiendo tal vez como una cera,
Lodazal de fuego que aún no conoces.
Así quizás en paz me dejaras,
Tu odio a mí no me afectaría,
El Ángel que un día me guiara,
Muerte, destino fatal te regalaría.
Una noche pensé en todo ésto,
Rondando el dolor mi corazón oscuro,
Iniciando contra mí eterno reto
Escribiéndolo todo en tétrico muro.
Rostro sangrado, puedo ver el tuyo,
Asido, colgando tal vez de un árbol
Salido todo, producto de mi murmullo...
  (...en mi cerebro, todavía escarbando...)

Mi más grande error (Amayrani).

Te recuerdo...
como eras entonces,
cuando juraste amarme
y aún sin comprobar
la sinceridad en tu mirada;
sabiendo tal vez que lo decías
por hacerme caer en la red de tus mentiras,
la soledad inmensa de mi vida
me hizo creer en tí,
forjando un mundo de ilusiones
donde podría ser feliz.

No comprenderé el porqué de tanta falsedad,
y ¿porqué tenía que ser yo "la mujer de tu vida"?
si bien sabías de mi existencia llena de tristeza,
de mi alma sensible y delicada,
de la necesidad de verdadero amor que yo siento;
de la paz y la felicidad largamente esperadas;
y aún así, heriste mis sentimientos.

Hiciste que muriera por dentro, caí en un abismo
de lágrimas y desolación;
como nunca, tenazmente, la soledad me envolvió,
y yo me abandoné, en mi desesperación,
reconociendo haber cometido mi más grande error,
al entregarme en tus brazos, en busca del amor.

jueves, 28 de abril de 2011

La curiosa historia de Mango Chupado parte 4. (Cortesía de Amayrani).

Mango Chupado, el que era un "dechado de virtudes" porque nunca hacía nada malo había ido a visitar a su "novia" después de un baile. No eran horas muy apropiadas pero eso a ellos les importaba un reverendo cacahuate. Al ir llegando el Hombre Tejón a la casa de ella escuchó pasos apresurados que se alejaban por la puerta de atrás, la cual daba a una veredita entre los arbustos, pero como el amigo éste se había tomado unas chelas no le dió mayor importancia. Tocó a la puerta junto a la calle y su amada Juana, autonombrada "Andy" lo recibió oliendo a perfume baratón, y pasaron las dos y las tres, las cuatro, las cinco, las seis y las siete... por fin a las ocho de la mañana Mango Chupado ya venía bajando la calle para llegar al crucero a ver si pasaba una camioneta para pedirle un raid porque la dominante y celosa Andy lo había dejado sin un peso en los bolsillos (y eso que sólo eran "novios" ¿y si se casaran?). Cuando el atolondrado y "crudelio" chalán hiba pasando frente a una tiendita unos muchachos que estaban ahí comenzaron a cantar a coro : " Y que no me digan en la esquina el venao, el venao, que eso a mí me mortifica, el venao, el venao..." Pero el buen Mango Chupado no captó para nada el mensaje y muy cortés los saludó: "Buenos días" "Buenos días, Toribio" dijo uno de los chicos. "Órale, ¿qué pasó? yo no me llamo así". Aclaró Mango Chupado y se despidió mientras los otros cuchicheaban y se reían de algo que él no sabía. ¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá, en ésa su gran noche? Lo sabremos en el próximo capítulo.

martes, 26 de abril de 2011

Sin tí. (Por Amayrani)

¿Cómo olvidar el dolor
que me atormenta?
no tiene sentido, sin tu amor,
continuar ésta existencia.


Añoro tu sonrisa, 
tu voz, dulce caricia;
la paz que tus palabras
llevaban a mi alma.


Sin esperanza alguna
de volver a tu lado,
la distancia entre los dos
hiere mi corazón enamorado.


Y mi lamento extiendo
por valles y por bosques,
por montes y colinas;
por ríos y desiertos;
y en la luz cegadora
del rayo en la tormenta
desintegrarme quiero,
después de tanto tiempo
en que, sin verte, muero.

Acróstico (por Salvastar)

Laura la llamaron un día,
Andando entre libros creció,
Urdiendo planes con alegría,
Rayando cuadernos con crayón,
Abanicándose con libros de cuentos,
Yendo aquí, buscando allá,
Atrayendo de fantasías un ciento,
Dentro y fuera, la mente acá.
Estuvo encantada como una fuente,
Siempre imaginando, llorando aún,
Piedra, sintióse fuerte,
Inventándose un mundo no muy común.
Existió como un ser confuso,
Rió, creció, sufrió, vivió
Tanteando el camino difuso
Abrazada a su imaginación.

domingo, 24 de abril de 2011

Poema de Amayrani.

Para siempre.

Te amaré
en la eternidad,
en ésa dimensión
donde no existen
angustias ni temores
y sólo el amor brilla
con toda su luminosidad
como un espíritu puro 
que nos colma de felicidad.
Allí nadie me impedirá amarte,
no habrá culpas, miedos ni prejuicios,
mi amor florecerá
cual purísima rosa incandescente
y lo que fue imposible aquí
en otra dimensión será para siempre.

Poema de Salvastar.

¿Estás dispuesto a dejarme así?
¿Así, sin más?
Confieso que no pude dormir,
que en vez de eso me puse a rezar.
¿Porqué si no vale la pena?
¿Si ya todo te da igual?
Porque yo sí tengo sangre en las venas
y me es difícil dejar de amar.
Te vas, te lo llevas todo,
mi corazón roto lo dejas atrás,
dejas mis ilusiones en el lodo
y tranquilamente te vas.
¿Estás seguro completamente?
¿Seguro de que no me amas más?
Por más que me lamente
me dices que no volverás...

sábado, 23 de abril de 2011

Amayrani coopera con el blog, ¡Hurra!

Bien, el blog ahora corre a cuenta de Amayrani, Eduardo y yo, salvastar. Para probarlo Amayrani nos facilitó éste poema muy lindo, espero y lo disfruten tanto como yo, ahí va:


Melancolía.

Interminables,
van cayendo mis lágrimas,
en el profundo océano
de dolor inmenso
que me dejó tu ausencia,
sin que por eso pueda
obtener consuelo;
desde el oscuro abismo
en que me encuentro,
quisiera elevar una oración
implorando tu regreso...
Y mi voz se quiebra
en desgarrador lamento;
huyeron las palabras,
dejándome en silencio...
Aquí, siempre tan sola
lloro por tí, te amo y te espero.

La curiosa historia de Mango Chupado (Cap. 3)

Una de las geniales ideas del Rey del Peine fue, precisamente, entrar a estudiar para aprovechar una beca. La búsqueda de su inteligencia andaba mal, la había ido a buscar cientos de veces a "Río de Janeiro" y no había conseguido sino una novia más, lo que causó los reclamos de la cerreña diez años mayor, la cual alegaba estar gravemente embarazada... pero no era culpa de Mango Chupado, ¡No señor! porque él nunca hace cosas malas, que quede claro. Bueno, volviendo al tema resulta que como la inteligencia era básicamente inexistente, Mango Chupado necesitaba estudiar algo fácil como... ¡Estilismo! Sí, eso era, así estaría rodeado de chicas peluqueras y tal vez algún gay, aún así estuvo dispuesto a correr el riesgo hasta que una tía le sugirió ir a su clase de cocina. ¡Genial! estaría rodeado de chicas cocineras y la clase parecía fácil. Casi podía babear al pensar en las chicas (yumi). Y así comenzó una nueva etapa para el Rey del Peine. Debido a tantas ocupaciones a veces hiba a cocinar, a veces no... Pero recuerden que no era su culpa, toda, toda la culpa la tenían los demás albañiles que le hacían bromas como siempre, que si también hiba a desfilar, con su mandil, sombrerote de cheff y sus sartenes colgando, que si ésto, que si aquéllo, mientras nuestro inocente amigo se ponía negro del coraje pues su piel morena no daba ni el tono morado. Hizo muchas bilis y casi no quiso comer por ésos días, ni él mismo probaba lo que cocinaba, le fuera a salir envenenado. Por eso y otras razones se enflacó mucho. Su abuela le decía que si seguía así sus hijos hiban a salir altos y flacos como chicoles, "osea" como él. Sin embargo Mango Chupado no se hiba a dejar vencer tan fácilmente y a pesar de la hambruna voluntaria de ojeroso y "lumbriciento" no pasó a mayores, por lo que todo ésto nos dice que, una vez más, la historia definitivamente no termina aquí.

lunes, 18 de abril de 2011

La curiosa historia de Mango Chupado (Cap. 2)

Un día mientras nuestro amigo Mango Chupado, mejor conocido como el Rey del Peine andaba revisando su correo electrónico se topó con un anuncio muy interesante sobre los cibernegocios. Los ojos le brillaron de inmediato, casi podía verse a sí mismo como un reggetonero bailando en You Tube con lindas chicas bien "acá". Imaginen por un momento su enooorme decepción al ver de lo que en realidad se trataba. Optó entonces por comenzar con un blog, porque éso de la albañilería era "retecansado" y ya no alcanzaba ni para las caguamas y los cigarritos. Como ya hemos mencionado su inteligencia andaba perdida u olvidada, bueno, aún lo está y no se ve ni para cuándo recuperarla, el caso es que se sintió muy bondadoso como siempre y dedicó todos sus momentos de ocio, que no eran pocos debido a la jaqueca que le impedía trabajar, se los dedicó, como decía, a crear un blog sobre San Juan de los Petates. Dijo maravillas, que si los preciosos bordados, los primorosos rebozos y la deliciosa comida que vendían en el mercado, por ejemplo mole con tzompantles y bla, bla, bla... acompañado de sus respectivas fotografías sacadas de internet. Tanta era la trompa de la que hacía gala como la de teclazos que utilizó para vestir bien bonito a su pueblo. No faltó quién leyera el blog, poco a poco la gente comenzó a visitarlo, provocando en Mango Chupado una serie de movimientos simiescos que él hacía sólo por celebrar. Justo con la Semana Mayor los turistas, aunque pocos, atraídos por verdadero interés hicieron su aparición. Por poco se pasaban derecho y no veían el mercado de tan chico y al subir las scaleras, ya bien hambrientos, esperando devisar el riquísimo mole con tzompantles, se llevaron tremenda decepción al ver a un hombre estirando p'a todos lados como pulpo pedazos de chicharrón hecho de cueros viejos de hace diez años conservados en refrigeración... el tufo ra insoportable. Dieron la vuelta los pobres, todos asqueados, tratando de pensar en los rebozos , en los bordados, pero al ver las tosquedades que eran y la la bola de "pokemones" que sólo repetían su nombre que era "buey" se quedaron con la peor imagen que pudieron imaginar. Por supuesto que no faltó el chismoso que les dijera quién era ése tal "SexyKakashi" como se había autonombrado Mango Chupado, así que al final del día después de un intento de linchamiento sobre su persona el bueno y pobre de Mango Chupado sintió que volvió a nacer, así que como podemos imaginar la historia no se acabó aquí.

sábado, 16 de abril de 2011

La curiosa historia de Mango Chupado (Parte 1)

Después de soportar las burlas de sus compañeros, mismas que le dejaron un buen de apodos, Mango Chupado, el Rey el Peine, como lo llamaban decidió ponerse una buena briaga para finalizar el día con el pie derecho. Ya le había pasado de todo y estaba más o menos satisfecho con su fama de conquistador, no se daba cuenta de que sólo le veían la cara de pen...itente por su igualmente conocida fama de derrochador. Nuestro buen amigo, el Rey del Peine tomó y tomó y después de tanto chupe al final decidió regresar a la casa donde vivía con su abuela. Se fue directamente al baño, pero como llegó bien trolebús ya no se pudo levantar de la taza. No le quedó de otra que esperar a que se le pasara el efecto "araña fumigada" y tratar de levantarse sin resultado una y otra vez. Finalmente el Hombre Tejón, "osea" él, no tuvo otra opción que llamar a su anciana abuela para que lo levantara de la taza y le subiera los pantalones. Al día siguiente no pudo ir a trabajar y su abuelita lo regañó por andar haciendo "ésas cosas"... Mango Chupado no captó, su inteligencia se había esfumado. Tal vez la olvidó en la cama de una cerreña diez años mayor una cálida noche, o se quedó tirada en la carretera rumbo a "Río de Janeiro" ¿Quién lo puede saber? Lo importante es que no ha muerto y aún queda historia para rato ¿O no?

jueves, 7 de abril de 2011

Algunos poemas...

Como una luna violeta, iridiscente,
Orlada en perlas, escamas de plata,
Resaltando, alta, bella, ausente,
Absorta en el cielo, tela estrellada.
Zozobras la rodean y ella altiva,
Ondeando sus sayas de nube y escarcha,
Nardos la cubren, brillante, tan viva
Haciendo en la noche su marcha.
En ella veo tu rostro, misterioso,
Rondando en cielo y mente
Invadiéndolo todo, siendo cauteloso,
Dueño de mí, de mi cielo, totalmente...
(Odio no poder serte indiferente...)


Siempre amantes, enamorados,
Andando el mismo camino,
Rondando el sueño, dormidos
Amor, siempre en tu dominio.
Yendo, cautivo, donde vayas,
Esclavo y liberto ¿quién diría?
Nunca con duda, aunque callas,
Labios llenos de infinita poesía
Amándonos, Sara y Enlay, eternamente,
Ya nada me importa, sólo tú, vida mía...

miércoles, 16 de marzo de 2011

Inicio III.- Era buen'hora para un perdido.

-¡Ay, Rosita!- Francisca le puso un jarro de atole en las manos- Yo no sé porqué nos pasan éstas cosas tan tristes... O'ra pídele a la Virgencita que abogue por tí y tus hijos, comoquiera que sea Dios ya tendrá en su Santa Gloria al difunto, si fue retebueno. ¡Pobre de mi hermano! Harto que vio por nosotras...
Los ojos de Francisca parecían casi tan cansados y tristes como los de Rosa.
-Pobre de mi cuñada- Pensó- Ni un recuerdo de mi hermano se le quedó, abortó el niño de tanto que sufrió.
Rosa sostenía el jarro débilmente, por su parte Francisca se sentía responsable, Rosa era ya viuda, había perdido un hijo y apenas tenía diecinueve años.
-¡Mira que tanto sufrimiento pa' alguien tan chica!- Ella quería hacerse la fuerte pero las lágrimas la delataban.
Había ya pasado la novena de su marido y Rosa no pudo estar presente. De milagro no había muerto con su hijito, o al menos eso creían todos. Rosa recordaba lo que había pasado en realidad. Desde el primer dolor punzante supo que ya no quedaba nada, que si llegaba a dar a luz su hijo nacería muerto. Entonces decidió entregárselo al demonio, invisible entoces a su lado, pero le advirtió que ella no iba a criarlo, viendo el recuerdo del padre, sabiendo que sólo era un recipiente para un espíritu no-humano... Rosa se desangró mucho y quedó muy débil. Cuando el petróleo de la lámpara se acabó a media noche nadie notó el momento en que el cuerpo del niño fue sustituído por otro, inerte. Una mujer se deslizó entre las sombras, llevando a un recién nacido vivo. Una tal Asunción se lo había llevado y días después regresó con algunas cosas para Rosa y sus hijos.
-Si algún día cambias de opinión y quieres verlo, ahí va a estar y vendrá a verte, está muy agradecido.
Rosa estaba como muerta en vida.
-Sólo dile que nunca olvide el pacto que me ofreció... dile que lo cumpla- Murmuró al tiempo en que cedía una vez más a la fiebre- Y pónganle por favor el nombre de mi difunto esposo, Demetrio.
Asunción la miró con ternura y compasión al escuchar el hilo de voz.
-Así será- Le prometió, pero Rosa ya deliraba y no la escuchó.
El tiempo avanzaba, y Rosa se recuperaba con la ayuda de Francisca y sus cuidados.
La joven viuda abrió los ojos pesadamente y suspiró.
-Hay que rezar Pancha, hay que rezar pa' que Dios tenga con Él al difunto, pa' que nos de fuerza y nos perdone si hemos obrado mal.
Francisca se acercó y con la cabeza inclinada igual que rosa comenzó a rezar. Y las dos rezaron largo rato, esperando la resignación, la cura de sus males, tratando de pensar en tiempos mejores...

jueves, 3 de marzo de 2011

Inicio II

Como entre sueños le pareció oír a su madre hablándole.
-Los hombres, Rosita, nunca confíes en ellos, mira que aquí sólo ellos mandan, sólo ellos gritan. Pero llegará el día en que nosotras seremos más importantes que ellos y de nosotras dependerán cosas nunca vistas... Tan bien que estás así de muchacha, por eso no confíes en ellos. Mira cómo me va con tu padre ¿Crees que ésto es vida? No... Rosa, piénsalo, piénsalo muy bien.
Los recuerdos se hacían borrosos en la mente de Rosa. Por un momento regresó al pasado y se vió a sí misma caminando con otras mujeres jóvenes, algunas de ellas sus amigas, hasta una prima hiba ahí. Los caballos hiban al frente, los hombres las llevaban quién sabe dónde. Hablaban de un gran caudillo, de la revolución. Ella no entendía nada de éso, pero era más que evidente que no lo hacían por una buena causa, pues se dedicaban a saquear y matar en los pueblos que pasaban. Ellos se hacían pasar por buenas personas, leales y valientes cuando se cruzaban con alguna cuadrilla. ¿A quién creerle? El hombre que la había sacado de su casa la vigilaba siempre.
-Él mató a mis hermanos...- Se repetía Rosa con tristeza.
Lo único que le quedó de ellos fue un cascabel de plata, redondo.
-Pobrecitos- Pensó- no tenían ni diez años... ni siquiera estaban bautizados.
Sus hermanos menores tenían cuatro y seis años, pero por azares del destino no habían sido bautizados... tan lejos que vivían ¿qué sería de sus pobres almas?
El sol ardía inclemente sobre sus cabezas y no sabían qué lugar era ése.
De pronto comenzaron los síntomas, la náusea la invadió y se detuvo, arqueándose. Su prima la alcanzó y se agachó a verla.
-Rosa... ¡Rosa! ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa?- La cara polvorienta de su prima estaba muy cerca de la suya.
-Creo que estoy embarazada...- Contestó en un susurro, a la vez que veía colgando de su cuello el pequeño cascabel.
Los recuerdos tristes se hacían presentes con la fiebre, y Rosa permaneció así un buen tiempo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Para el día del Amor y la Amistad.

Debo decir que los poemas no son lo mío, pero ¿qué le puedo hacer? por eso nada más escribí éste sencillito porque por el momento no tengo nada que realmente me gustaría subir. Es un poema que escribí para mi programa de radio favorito, en el cual encontré peores, así que me dije "Laura, ésta es tu oportunidad" no sé si sea cierto, pero al menos veré qué pasa.
Un saludo...


Ymera.


Con el viento de Febrero llegaste,
barriendo las hojas en la alameda, 
fue algo que nunca esperaste,
que se deslizó entre tus dedos como seda.
Dime si fue sólo un instante,
dime si acaso un instante siquiera,
después de estar ambos distantes
el Amor nos hizo presa, como quimera.
-¿Durará? ¿Será eterno ésto?
-No, es sólo un momento traicionero.
-¿Qué se hará éste sentimiento?
-No lo sé, sólo sé que te quiero...
Con el viento de Febrero llegaste, 
un nuevo Febrero te ha llevado,
ya no me quieres, lo comprobaste
yo sigo en la alameda, esperando, enamorado...

miércoles, 26 de enero de 2011

Rey Costal (Nahual) # 1

Yo no los abandonaré hijos míos. Aunque digan "el Rey Costal ha muerto" y me olviden yo seguiré viendo por ustedes. Aunque ya no pueblen la meseta, y nadie crea en leyendas de campanas, aún contra su voluntad yo seguiré a su lado, como siempre desde que vine a éste mundo. Seré el nahual que vigile los pasos en que andan, y seguiré aquí, como un demonio incansable y celoso, guardándolos a ustedes, aún cuando ustedes mismos me tengan en el olvido...

domingo, 16 de enero de 2011

Poemas...

¿Porqué hacer poemas se me dificulta tanto? La falta de inspiración podría ser una culpable, otra sería mi falta de sensibilidad, pero como le estoy echando ganas y no quiero descuidar el blog decidí subir éstos versitos, muy cortos, pero no "le aunque" ya subiré más.


Amor...
me esclaviza o me libera,
una mágica emoción, 
una mentira verdadera,
atándome, sublime sensación...

miércoles, 12 de enero de 2011

Del diario de Guadalupe Lucero.

Creo que estoy loca. Es en serio. Detesto admitirlo pero no hay otra explicación. Es, seguramente, la herencia de mi padre, porque su familia actuó raro desde un principio, hablando con aves, gatos, perros... éso es de locos, por eso digo ésto. Fue justo anoche cuando mi vida dio la vuelta entera y me sentí avergonzada. Verás, comenzaba a conciliar el sueño cuando sentí una presencia extraña, abrí los ojos y ví a Lay durmiendo en la otra cama, no era ella, lo que quiera que haya sido estaba más cerca. Para quitarme una sospecha estiré la mano entre las sábanas, pues me pareció sentir un calor ajeno. Lo que toqué hizo que se me erizara la piel en un escalofrío. "¡Tonta, tonta!" me dije, pero el miedo pronto no me dejó pensar, ni siquiera retiré la mano. Lo que estaba en mi cama era un gato enorme, tibio, suave. Ronroneaba. Cuando el miedo comenzó a ceder, escuché su voz dentro de mi cabeza y regresó en una nueva oleada. Hablaba en otra lengua o algo así, porque no comprendí lo que decía, su voz era suave, pero de hombre. Fue una sensación horrible, como si mi cerebro se enfriara y quedara paralizado. No me pregunté "quién" era, no pensé en otra cosa que no fuera "esto no puede estar pasando" quise moverme, e ir con Lay a su cama, cobardemente, pero en vez de eso y con las palabras de la criatura haciendo eco en mi cabeza me desmayé.

domingo, 9 de enero de 2011

La hija del perro XD ¿es broma?

Es en serio, a veces me he preguntado hasta dónde puede llegar la decepción humana, y no porque a mí nunca me pase algo así, sino porque siempre hay cosas peores, en fin, en ésta ocasión les traigo éstos viles versos llenos de desencanto, ni modo, había que juntar para publicar más la próxima vez...


Soy la hija del perro.


Estrellas muertas,
luceros apagados,
la mirada yerta,
el corazón acongojado.


Sus lágrimas cayendo,
huyendo entre el cerro,
ella misma repitiendo
-Soy la hija del perro.

lunes, 3 de enero de 2011

Feliz año! (les traigo el primer texto)

Ah... año nuevo, vida nueva, pero no para mí, que yo ando en las mismas, quería subir una foto mía como amanecí en éste año, toda borracha y greñuda (no es cierto) pero mejor les dejo el primer adelanto, el cual no ha sido leído por nadie más que yo ja ja ja...


Capítulo 1.- El Espejo de nuestro Señor está roto. (Fragmento)

La situación era extraña. Eli se quedó en la puerta, aún sosteniendo la manija, no podía pronunciar palabra. Lo único que atinó a hacer fue a pensar en alguna maldición para el mal momento. Su madre, desde la cama en la que además había un desconocido desnudo le hizo señas de que se fuera. Ella continuó en la puerta un instante más y luego desapareció de allí, cerrando la puerta detrás suyo. Sus sentimientos eran un torbellino, quería gritar, correr, o simplemente escribir toda la tarde y parte de la noche, sin importarle lo que la costumbre le decía, susurrándole que ése era "el poder de la sangre", que era una ventaja la que sacaba su madre, una sola vez y no más trabajo, ni privaciones, ni...
En ése instante sonó el despertador. Justo a tiempo para el primer día de clases, justo a tiempo también antes de que ella se hiciera "la pregunta"...