"Comenzar a escribir, así, sin más... sin pensar en las consecuencias, sin detenerme a reflexionar, poner mi vida entera en el papel impreso, mis sueños y sangre plasmados. En fin, basar mi existencia con sus reticencias y dudas, con sus alegrías, lágrimas de dolor y vergüenza, con todo lo que deseo y no tengo, basarlo todo, como he dicho, en una historia parpadeando sospechosa desde un estante..."

-Salvastar.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Vela.

Hay frío en mi alma,
tirita mi corazón
ansiando vislumbrar una estrella
que, solitaria como yo,
brille como esperanza única
en el cielo negro,
amenazante.
Que siento por un instante
que el mundo se vierte
encima mío,
que al mismo tiempo 
en que sonrío,
la vida misma me grita
"¡Hipócrita! ¡Cobarde!"
que es mi sendero sombrío
y el frío me cala
los huesos cansados
mientras busco
la estrella perdida
en el cielo inmenso
de una vida vacía.
Objetivos más ya no quedan,
de deseos imposibles
lleno está el cuerpo,
pero...
¿A quién le importa?
Son sólo eso.
Tirita mi alma,
corazón herido, sangrante,
acomplejado...
congelándose solo,
abandonado.
Hay frío en mi alma
pero ni la Luna me consuela,
sólo queda una pequeña luz
(perecedera)
que me alumbra
mientras dura mi condena,
¿será mucho?
¿poco tiempo?
Espero sólo
a que se apague 
la vela.