"Comenzar a escribir, así, sin más... sin pensar en las consecuencias, sin detenerme a reflexionar, poner mi vida entera en el papel impreso, mis sueños y sangre plasmados. En fin, basar mi existencia con sus reticencias y dudas, con sus alegrías, lágrimas de dolor y vergüenza, con todo lo que deseo y no tengo, basarlo todo, como he dicho, en una historia parpadeando sospechosa desde un estante..."

-Salvastar.

viernes, 22 de julio de 2011

Incredulidad

Ya no creo en lo que veo,
nunca más en tus palabras,
ya no sé ni lo que siento,
sólo que mi vida aún no acaba.
La soledad, inmensa jaula,
tan libre, seca, muerta, enajenada,
salón, una eterna aula
donde lucho por seguir, ya derrotada.
Ya no creo en nada absolutamente,
no quedó nadie ni nada,
sólo yo que me consumo lentamente
estoy aquí, muriendo asfixiada.
Las flores, negras, envenenadas,
la oscuridad, la luz, no reconozco,
mis alas han sido cortadas,
dejando mi cuerpo inútil y tosco.
¿Es éste el fin? Me pregunto.
No creo, ya no creo nada,
y aunque sea obvio lo presunto,
no creo, ni lo haré, empecinada.

Ilusiones.

¿Para qué engaño?
¿Para qué, si no es cierto?
¿Porqué me aferro?
¿Porqué continúo en eso?
Porque pasan los años
y yo detesto ésta situación,
deseando una voluntad
de acero que cambie
el paisaje gris y nublado.
Porque sigo añorando el beso
del viento y el rumor
de la cascada,
aliento helado.
Porque mis pies andan
a destientos en la oscuridad,
la luz no me basta
y he perdido el rumbo.
Porque mi corazón se cansa
de buscar consuelo
sin encontrarlo
y se ha quedado roto,
tonto, derrotado.
¿Para qué te digo "sí"
si al final de todo
ya nada me importa?
¿Porqué te forjo ilusiones
si después
terminarán todas rotas?
Prefiero quedarme
entre mis sueños,
quieta, sumida, absorta,
convertirme
en un vuelo frustrado,
efímera alegría,
unas cuántas letras,
sólo una sombra...