"Comenzar a escribir, así, sin más... sin pensar en las consecuencias, sin detenerme a reflexionar, poner mi vida entera en el papel impreso, mis sueños y sangre plasmados. En fin, basar mi existencia con sus reticencias y dudas, con sus alegrías, lágrimas de dolor y vergüenza, con todo lo que deseo y no tengo, basarlo todo, como he dicho, en una historia parpadeando sospechosa desde un estante..."

-Salvastar.

sábado, 30 de abril de 2011

Muy tarde para los dos. (Amayrani)

Hace tiempo soñé un amor
que tuviera la luz
de todas las estrellas;
la belleza de la primavera;
la frescura de un manantial inagotable;
la ternura, el cariño
y la bondad de un corazón de niño.
Un amor que fuera gozo interior,
dos almas unidas en armonía;
la plenitud y la felicidad;
locura, delirio, poesía.
Esperé, esperé tantos años,
que la esperanza de encontrarlo
casi desaparecía,
cuando al fin, inesperadamente,
me miré en sus ojos y escuché su voz,
supe que él había llegado,
y a pesar de saber
que ya era prohibido amarlo,
no pude evitar ése amor,
se manifestó incontenible,
él descubrió mi secreto
en mi forma de mirarlo,
en el temblor de mi voz,
hondamente conmovido
me acercó a su corazón
en un abrazo que me estremeció,
y sin embargo, no hubo felicidad
al llegar el amor tan esperado,
fueron lágrimas de soledad
y el dolor inmenso
de un adiós sin más razón
que el habernos encontrado
muy tarde para los dos.

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