"Comenzar a escribir, así, sin más... sin pensar en las consecuencias, sin detenerme a reflexionar, poner mi vida entera en el papel impreso, mis sueños y sangre plasmados. En fin, basar mi existencia con sus reticencias y dudas, con sus alegrías, lágrimas de dolor y vergüenza, con todo lo que deseo y no tengo, basarlo todo, como he dicho, en una historia parpadeando sospechosa desde un estante..."

-Salvastar.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Autorretrato.

   Contemplando la hoja que se llena de letras. El rostro ovalado, los ojos negros se mueven al son del lápiz. Las pestañas son cortas, las cejas arqueadas se fruncen al encontar un "bache". La nariz de fosas un poco grandes y la frente sufren de los clásicos problemas más bien de la adolescencia y no de su edad. Los labios de color sonrosado y de tamaño medio repiten palabra a palabra lo que escribe. El pelo largo y negro está atado en un recogido informal. Los lentes de armazón rosa y alta graduación hace tiempo parecen fundidos en su persona. Su adicción por la cafeína le hace mover la pierna compulsivamente. El carácter impredecible, a veces ríe como loca y otras llora sin consuelo, explota de ira y se desquita con todos, sensible e insensible a la vez, nunca se sabe... dominante y dominada, farol de la calle y oscuridad de su casa. Se dice de ella que cada vez se ve mejor e intelectual, pero ella tiene sus inseguridades y su vanidad. En cuanto a la inteligencia los números no se le dan ni a tiros, y respecto a lo otro se la pasa hablando y preguntando sobre su cabello o su piel, a la que considera morena y seca, aún cuando todos le digan lo trigueña que es. Amante de los gatos y los escotes, según ella son adorables. Lee cualquier cosa que le llame la atención, desde folletos de escuelas a las que nunca asistirá, novelas, cuentos, poesía y libros de desrrollo personal a los que termina ignorando olímpicamente. Le encantan los dibujos manga y perder el tiempo. Siempre oye de todo un poco, desde rock hasta reggaeton, pero detesta la banda y la cumbia. La T.V. la llama y ella acude sin mucho entusiasmo. Parece retrato casi siempre. No le gusta el agua simple ni las bebidas frías. Su clima ideal es el cálido, aunque hasta de ésto se queja a veces. Su cuarto es un desastre y ella no lo arregla, excusándose en que debe terminar su autorretrato...

No hay comentarios:

Publicar un comentario